El proceso por el cual aprendí a enmendar y corregir los daños
causados de una manera intensa y amplia fue cuando estuve
hospitalizada en una institución para pacientes con trastornos
alimenticios.
El programa era basado vagamente en los principios de los 12 pasos.
Una de las ocho semanas de tratamiento se llamaba “Semana de la
Familia” y se centró en torno a una enmienda con enfoque cristiano la
cual llamaban “la verdad en el amor”.
Me pasé una cantidad considerable de tiempo preparándome, casi un
mes y medio antes de la “Semana de la Familia” para enmendar mis
errores. Había mucho que necesitaba compartir con mi familia.
Sin embargo, no era de extrañar que mi comportamiento en cuanto a
los trastornos alimenticios no fuera la única área en mi vida que
estaba fuera de lugar.
Había otra cosa, desarrollada y alimentada por mis problemas con la
alimentación, la cual estaba teniendo un alto impacto negativo en mi
vida. Y decidí que antes de ir a tratamiento no iba a tratar este otro
problema. Uh. Uh, de ninguna manera. Cuanto más trabajé en enmendar mis
errores, más me di cuenta que necesitaba ser y estar libre de los
desórdenes alimenticios que tenía y que además, era esencial que
afrontara esta otra situación.
Para no hacer la historia larga, la “Semana de la Familia” por fin
llegó, hice una lista muy larga de enmiendas para cada problema, de la
misma manera lo hizo mi familia, fue así como se presentó la oportunidad
de tener en mi vida una pizarra limpia.
Desde entonces he enmendado numerosos daños con mucha gente. Y sé que
tendré que hacer enmiendas, o reparar más daños en el futuro porque
soy un ser humano y continuamente cometemos errores.
Yo quería oír a Tiger Woods cuando me enteré que ofrecería disculpas públicamente el viernes pasado.
Realmente no me importa su vida personal, ni es mi responsabilidad
juzgar su sinceridad. Sin embargo, yo estaba interesada en la enmienda,
por la experiencia que he tenido sobre este tema.
Pero puedo utilizar las lecciones que he aprendido las cuales Tiger
Woods reiteró para el futuro. Aquí hay algunas de ellas, las cuales
pueden resultar útiles para tu vida:
- Soy responsable en reparar el daño, no del perdón.
Esto es algo que he abrazado con impaciencia, tal vez porque trae un
montón de libertad. Si le debo a alguien una enmienda, es mi
responsabilidad dársela. No es mi trabajo hacer que la persona que me
perdone. Si alguien acepta mi disculpa es una elección que las personas
tienen deben tomar. Todo lo que puedo hacer es cuidar la parte que me
corresponde.
- Las enmiendas no necesariamente son interdependientes.
Si siento que alguien me ha ofendido, no es mi responsabilidad hacer
que ellos me pidan disculpas. Así como no soy responsable que alguien me
perdone, no puedo tampoco obligarlos a que se disculpen conmigo. Si
estoy molesta por algo que me han hecho, puedo decirles la verdad, pero
no con la expectativa de que me van a pedir disculpas. Esa es su
elección.
- No es suficiente corregir el error, es necesario vivirlo.
Tiger mencionó que su esposa Elin Nordegren, le dijo que la disculpa
real para ella no vendría en forma de palabras, sino en su
comportamiento más adelante. Enmendar nuestros errores es muchas veces
algo activo y continuo. Incluso este tipo de enmiendas muchas veces ni
siquiera son de tipo verbal. En nuestra era actual de Facebook, es más
fácil encontrar a gente del pasado y hacer las paces con ellos de esta
manera, pero a veces hay circunstancias que eso no es posible
realizarlo. Pero sí es factible involucrar nuestro comportamiento para
reparar daños en el futuro.
- Se requiere enmiendas que corrijan daños diariamente.
Muchas de las enmiendas consisten en las acciones y trabajo diario
constante. Una cosa que Tiger dijo fue: “ahora depende de mí corregir
los daños y esto inicia en no repetir los errores que he cometido”.
Existe mucha gente para la cual esta frase podría ser su mejor enfoque.
Quiero que mis enmiendas vivas produzcan un cambio permanente en mi
comportamiento.
Aun así me parece demasiado tomarlo como un mandato de por vida.
En este momento elijo vivir las enmiendas que hago para corregir mis errores un día a la vez.
- Las enmiendas deben ser sinceras.
Yo creo en hacer enmiendas no en forma compulsiva, cada circunstancia
es diferente, por lo general me abstengo de enmendar alguna falla al
menos que sienta la necesidad de hacerlo. Esto puede resultar un poco
controversial, pero ha dado resultado para mí. Por ejemplo, darme
cuenta que alguna persona se molestó por algo que hice, pero que no
considero que haya razón válida para pedir disculpas.
Si alguna persona me llama la atención por algo que yo no estaba de
acuerdo en hacer, pero luego de considerarlo me doy cuenta que necesito
pedir disculpas, lo hago. Algunas veces no siento que haya necesidad de
disculparme y no lo hago.
Solamente pido disculpas cuando siento que es un deseo genuino.
- Quizá no tengo el deseo de hacerlo, pero tengo que hacerlo.
Algunas veces quiero enmendar algún error pidiendo disculpas, pero no
lo hago. Después de todo, hacer alguna enmienda pidiendo disculpas
puede ser doloroso, humillante y puede incluso provocar miedo. Aún si
tengo la necesidad de disculparme y es necesario hacerlo, lo hago
aunque no lo quiera hacer.
La necesidad de actuar con integridad y limpiar el desorden
persistente proporciona la motivación para hacerlo. De igual manera, es
necesario pedir disculpas aún si la otra persona no se siente ofendida.
Por ejemplo, recientemente me disculpé con una amiga y ella me vio
desconcertada y dijo: “no hay ninguna razón para que te disculpes
conmigo”. Entonces le dije que aunque ella pensara que no la había
ofendido, tenía que ocuparme de mi comportamiento a pesar de sus
objeciones, le debía una disculpa.
- Algunas veces tengo que enmendar mis errores conmigo misma.
Si bien, es necesario arreglar los asuntos con los demás, es
importante no olvidarnos de nosotros mismos. He tenido que pedirme
disculpas a mí misma en incontables ocasiones. Así como me aseguro de
comportarme bien con los demás en el futuro, me aseguro de portarme bien
conmigo misma también.
Algunas de las enmiendas que he hecho conmigo misma son sobre la
forma irrespetuosa que traté mi cuerpo. Y no solamente son disculpas
sino acciones subsiguientes.
- Las enmiendas nos pueden ayudar en el presente y el futuro.
Reparar los daños enmendando nuestros errores puede ser difícil, aun
reconociendo que podría ayudarme con las acciones en el presente.
En muchas ocasiones he pensado, si hago esto y ofenderá a alguien,
tendré que pedir disculpas en el futuro, pero realmente no quiero
hacerlo, entonces no haré algo que ofenda a otra persona.
Escuchar las disculpas públicas de Tiger Woods me ayudó a recordar la
importancia de enmendar nuestros errores al querer reparar los daños
ocasionados, desde tener la voluntad de querer enmendar hasta vivirlas.
Recaudado de: http://blog.libresencristo.org/
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Dios te bendiga y te llene de su amor!!!!!